Para poder entender los elementos centrales que conforman la identidad de nuestro colegio, Seminario San Rafael, es necesario hacer una referencia, aunque muy breve, a los aspectos centrales de una antropología cristiana, desde donde apreciamos y valoramos al ser humano.

Y es, en este sentido, que reconocemos que el hombre es una realidad compleja, que no puede reducirse a una sola dimensión, sino ha de ser considerado en sus diversas facultades y potencialidades, en sus singularidad individual y en su compromiso social, en su condición de ser histórico y en su misión trascendente.

Por tanto entendemos en la persona la necesidad de relación con el cosmos, la necesidad de compartir su vida con otros, su necesidad de crecimiento interior y la experiencia de estar orientado hacia la trascendencia, lo que le mueve al encuentro con Dios.

Lo que identifica plenamente el quehacer de nuestro Colegio es el esfuerzo por llevar a nuestros alumnos a alcanzar la plenitud a la que han sido llamados ; llevar una vida según la verdad y la caridad, a despojarse del hombre viejo para revestirse del hombre nuevo creado por Dios . Junto a este desafío consideramos pertinente mencionar que no sólo educamos a la persona en la búsqueda de su fin último, sino también para contribuir al crecimiento de una sociedad humana más justa y fraterna.

En este contexto, la identidad del Colegio Seminario San Rafael está centrada en procurar el desarrollo una persona:

Solidaria: abierto a los valores de la naturaleza y la cultura, capaz de dialogar, convivir y colaborar con otros grupos
Consciente de su vocación personal: que busca la realización de su labor específica en la comunidad. que sienta su quehacer como un llamado particular de Dios a una misión

Poseedor tanto de una especialización como de una formación cultural suficiente para cumplir adecuadamente con las exigencias de la vida propia y el desarrollo social Capaz de una determinación realmente libre con un efectivo autodominio y una conveniente capacidad de reflexión y pensamiento crítico para que pueda realizar discernimiento de valores y emprender acciones creadoras

Con sentido misional , de justicia y servicio, que como cristiano considere misión suya el servicio desinteresado a los hombres y a los valores del mundo actual

Con una fe insertada en su realidad temporal. La vivencia de Dios debe hacerle consciente de ser partícipe en la obra de Dios. Aportar desde la fe en Cristo a la construcción de un orden más justo

Todo lo anterior logrado en un clima de respeto a un sistema normativo que lleve a valorar la voluntad , la disciplina y una sana convivencia