Ayer 5 de marzo comenzó Cuaresma, tiempo litúrgico que nos llama a convertir nuestro corazón y prepararnos para la gran fiesta de Pascua. En este camino cuaresmal, el Papa Francisco nos invita a detenernos, reflexionar y reorientar nuestra vida hacia Dios y los demás. Es tiempo para tomar conciencia de las consecuencias de nuestros actos u omisiones, arrepentirnos de haber hecho o dejado de hacer y que han dañado a otros, han generado sufrimiento, dolor o daño. Pero no basta con ello, en Cuaresma se nos invita a perdonar y pedir perdón; a arrepentirnos de nuestros pecados y reparar aquello que se ha visto afectado con nuestras actitudes; a modificar nuestras conductas o palabras para ser mejores personas y poder vivir más cerca de Cristo.
A continuación encontrarás la carta del Papa para este tiempo de Cuaresma 2025.
Tras leer la carta encontrarás un trabajo preparado especialmente para tí, para trabajar de manera personal o junto a tu curso o grupo familiar.
En este tiempo litúrgico el Para nos invita a trabajar sobre tres ideas centrales:
1.- Ser peregrinos de la esperanza: El Papa nos dice que todos somos peregrinos de la vida. Tras leer su carta responde y luego, comparte las respuestas a las que llegaste tras reflexionar en torno a las siguientes preguntas: a-. ¿Qué siento / actúo frente a los hermanos que peregrinan por el mundo debido a las crisis políticas y/o económicas en sus países? b.- Esta imagen ¿Cómo me interpela? c.- ¿Camino con miedo o con esperanza? d.- ¿Necesito certezas antes de avanzar o confío en la Vida? e.- ¿Me atrevo a caminar o me anclo en mi zona de confort?
2.- Conversión a la Sinodalidad: Los cristianos están llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios. El Papa nos dice que la vocación de la Iglesia es caminar juntos, por lo que nos invita a ser sinodales. Pregunta (te) y comparte tus conclusiones en grupo: a.-¿Estamos con el corazón abierto a acoger y oír realmente a un otro/a? b.- ¿Tiendo a encerrarme en mis ideas, creencias o me abro a nuevas miradas y propuestas? C.- Cuando evalúo la realidad ¿me centro sólo en mis necesidades o hago el ejercicio de considerar también las de otros/as? d.- ¿Ayudo a que mi prójimo se sienta parte de mi comunidad o lo margino?
3.- La conversión a la esperanza: Estamos llamados a la conversión de la esperanza; la confianza en Dios y en su gran promesa, la Vida Eterna. Reflexiona de manera individual y luego en grupo: a.- ¿Tengo la convicción de que Dios perdona mis pecados, o me comporto como si pudiera salvarme sol@? b.- ¿Anhelo la salvación e invoco la ayuda de Dios para recibirla? c.- ¿Vivo concretamente la esperanza como una energía que me ayuda a leer los acontecimientos de la historia y me impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común? d.-¿La esperanza me motiva a actuar de manera que nadie sea marginado?
Esperamos que estas preguntas te sirvan para preparar este tiempo y podamos convertir nuestro corazón de acuerdo al modelo de Jesús.
